jueves, 8 de diciembre de 2011

El Rey León, el Musical: Cuando Broadway encontró a Disney.


Era de esperar que algún día Broadway y Disney se hermanaran para hacer caja, y por qué no, para conjuntar talentos y sorprender a propios y extraños. Era de esperar que tal reunión se celebrara en Madrid un día de estos, y éste es el resultado. El pasado domingo asistimos a El Rey León: El Musical. Nuestra impresión, más abajo.

"El Rey León" constituyó el mayor trallazo de Disney en los 90, la factoría tocó techo con su animación tradicional y la partitura contiene hits que han sido tarareados por todas las generaciones venideras (y algunas pasadas, qué sufridos son los padres y los abuelos) y que consagraron, aun más si cabe, a Elton John. El resto es historia: Óscars, merchandsihing a porrillo y mucho Hakuna Matata. Y Spielberg mordiéndose las uñas por si le quitaban el récord de taquilla que obtuvo "Parque Jurásico" en el año 93.


Así las cosas, llega en 2.011 uno de los musicales más esperados a Madrid. Anunciado a bombo y platillo desde el mes de febrero, entradas que vuelan con precios por las nubes y una reforma del Teatro Lope de Vega para que la estructura y el atrezzo cupieran, se nos presenta un espectáculo visual impresionante, en el que los actores y bailarines, en su mayor parte de origen surafricano, dan todo para crear el clima cálido (o caluroso) de la Sabana y recrear las aventuras y desventuras de Simba. Hay marionetas articuladas, trozos de hierba que bailan, pájaros de tela que vuelan y máscaras lloronas de las leonas... Incluso pasajes insignificantes de la película son recreados con el método de las sombras chinescas. El despliegue es increíble pero pincha en algo primordial: LAS LETRAS DE LAS CANCIONES. ¿Cómo es posible que las hayan cambiado todas? ¿Problema de derechos de autor? Los que hemos visto desde niños "El Rey León" sabemos que Scar canta "Preparáos" y no "Conspirad" y así con todas las canciones, de las que hemos de decir que hay algunas nuevas porque si no el musical se queda corto (2 horas y media con descanso de 20 minutos) Decepcionante en este aspecto, da un poco de pereza seguir resaltando maravillas técnicas y artísticas cuando lo más importante te da un palo semejante: Frustra el hecho de no poder seguir las canciones de la película mientras ves el show en directo. Llámennos frikis, pero fue un chasco en toda regla.

Lo mejor:
  • La adaptación del guión hablado. Del VHS de 3.495 pts. a Gran Vía.
  • Los Animales, en especial la recreación de Pumba, las Hienas y Scar.
  • Rafiki: La actriz que le recrea lo borda. Y es la mejor voz de la obra.
  • La primera escena. ABSOLUTAMENTE IMPRESIONANTE.
  • La escena del reflejo de Mufasa en el Agua y el Cielo Estrellado.
  • Toda la escenografía, en especial el Trono articulado y el Cementerio de Elefantes.
  • El acento de Zazú. Conseguidísimo.
  • El momento del desfile de hienas a lo tropa nazi. Clavado.
Lo Peor:
  • El ridículo, y muchas veces sonrojante, acento andaluz de Timón.
  • ¿Zazú no era de color azul? ¿Por qué es blanco?
  • Los rugidos, que daban pena.
  • Las letras de la música.
  • El innecesario excesivo protagonismo que se da a Nala.
Dicho ésto, llega la pregunta de rigor: ¿Merece la pena verlo? Claro que sí, el musical es muy entretenido y es una experiencia increíble, pero hay que verla sin prejuicios, no caer en el error del purista en el que hemos caído nosotros y pensar que se está viendo una adaptación perfecta de la película pero libre en su música. De hecho, nosotros señalamos más pros que contras. No es "Les Miserables" pero tampoco, ni mucho menos, es una engañifa. Esperemos que nos dejen sus impresiones.

Hakuna Matata (que para nosotros significa "hala, hala, mañana más...")

1 comentario:

Anónimo dijo...

Visto en Broadway! No me pareció expectacular. Es bueno, pero sin pasarse... habrá que ver la versión española para criticar!!!!